En este bloque hemos descubierto y profundizado sobre estos cuentos de origen popular. Hemos aprendido cosas sobre aquellas narraciones que eran contados en familia y que se iban transmitiendo de forma oral, generación tras generación.
Pienso que el folklore se puede y se debe trabajar en primaria. Es un tema que puede atraer mucho a los niños, y si se plantea bien y de forma motivadora, puede llegar a encantarles y hacer que estos se involucren y se interesen más. Ya no solo que se interesen por el folklore, sino que lo hagan también por la lectura y la literatura.
Creo que este tipo de textos, son muy versátiles, ya que además de poder trabajar infinidad de valores y servirnos para afrontar ciertas situaciones que se nos pueden plantear a nosotros en la realidad, permite trabajar diferentes conceptos relacionados con la época a la que hacen referencia los textos. Tradición, cultura, lengua,….
Respecto a la actividad práctica, creo que es de gran utilidad ya que nunca se me había ocurrido sentarme a realizar ninguna adaptación. Aunque seguro que había realizado más de una, sin darme cuenta al contar los cuentos a mis primas pequeñas. Pero nunca me había detenido a pensarlo.
Creo que otro punto importante a tratar sobre los cuentos folklóricos es el debate que hay abierto en si estos cuentos son machistas o no, y si por lo tanto son adecuados para trabajar en el aula. (Durante un tiempo estuvieron prohibidos, por tal motivo).
Como ya he dicho antes estoy de acuerdo y veo necesario en que los cuentos folklóricos se utilicen en las aulas de primaria, ya no solo por su valor literario sino por su gran valor cultural. Además tampoco creo que estos cuentos sean machistas, si no que reflejan las costumbres de una época.
Este bloque me ha gustado mucho, ya no solo como utilidad en nuestro futuro como docentes, sino como disfrute personal. He aprendido numerosas curiosidades y diferentes puntos de vista de cuentos que me sabía desde pequeña, pero que nunca me había puesto a analizar y a intentar verlos desde otro punto de vista. Hemos reforzado la idea de que los cuentos no son únicamente para los más pequeños.
Y quien no se lo crea, el que piense “eso son cosas de niños”, me gustaría que un día acudiese a un cuenta cuentos o se pasase por nuestra propia clase cuando, la profesora nos cuenta algún que otro cuento, y viera la cara de bobos que se nos queda a todos mientras escuchamos el relato. Así que sí, los cuentos también son para los adultos.
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