Seguro que todos recordamos la imagen, ya porque la hayamos vivido, leído o visto en alguna película, de gente sentada alrededor de una chimenea o en corro. Mientras los patriarcas de las familias (eran los que habían vivido más y por tanto tenían más experiencia y conocían más historias), cuentan historias populares.
Pues bien, estos cuentos o historias también las podemos utilizar nosotros en el aula con los alumnos. Pero para estudiar la manera de tratar estos textos en la clase y ver otra serie de conceptos relacionadas con ellas, creo que es importante que abordemos este tema comenzando por conocer su historia, la historia del folklore.
La literatura folklórica está formada por todas aquellas manifestaciones orales que han ido pasando de boca en boca, generación tras generación.
Todas estas manifestaciones literarias son anónimas, es decir, se desconoce su autor. Al haber sido contadas por unos y por otros, es muy difícil conocer quien fue el primero en recitar esa historia. De la mima forma que es casi imposible conocer cómo era el cuento en sus inicios. Al haber sido transmitida de forma oral y por tantas personas es muy probable que cada uno que la contara, cambiara, aunque no fuera de forma intencionada, algo de la historia que él había escuchado. Cada persona omitía o daba más importante a unas cosas u otras dentro de la misma narración.
Todos alguna vez hemos jugado al teléfono escacharrado y hemos observado sus resultados…
Muchos dicen que el autor es el pueblo, ya que las personas aunque solo cambiaran unas palabras o pequeñas ideas, ya se estaban convirtiendo de forma indirecta en los autores de otra narración. Aunque fuera muy similar, ya no sería exactamente la misma.
Debido a que no se conoce al primer autor de estos escritos, es muy complicado saber cuando se produce exactamente el origen del folklore, ya que no se tiene constancia de cuando se contó la primera narración por primera vez. Pero es muy probable que fuese hace miles de años ya que en todas las civilizaciones, los adultos contaban historias de sus antepasados.
El origen de estas narraciones puede ser muy variado. Pueden tener una procedencia religioso, pueden ser cuentos en los que se narraban los deseos y anhelos de la gente de la época, historias que habían ocurrido de verdad o sucesos inventados simplemente para pasar el tiempo.
Hablamos del folklore en general y no del folklore infantil, debido a que las historias iníciales que se contaban en familia no iban exclusivamente dirigidas a los niños. No estaban hechas para ellos, aunque estos también las escuchaban. Por lo tanto no podemos denominarla literatura infantil, ni podemos hacer referencia al folklore infantil como tal.
Los cuentos populares no solo eran contados dentro del mismo pueblo, y sus enseñanzas no solo las adoptaban las gentes de esa villa. Los cuentos fueron usados como moneda de cambio en muchas ocasiones. La gente que procedía de otros sitios, a veces contaba historias o sucesos de sus lugares de procedencia a la gente del pueblo en el que se encontraba a cambio de algo como comida, alojamiento,…
Antes de meternos a fondo con los cuentos flokloricos es importante que realicemos una pequeña acalaración.
No nos podemos olvidar de los géneros de la poesía y el
teatro dentro del folklore. Muchos piensan que los textos folklóricos están escritos
únicamente en prosa, pero esto no es así.
Por ello vamos a tratar por encima aunque con menos
profundidad que en la prosa, algunos de sus aspectos más generales.
Si nos centramos en el teatro folclórico podemos decir
que su tema principal eran sobre todo las representaciones religiosas, tema de
bastante relevancia para la época. Las
obras teatrales solían ser breves debido a que como ya hemos dicho antes el
folclore no se escribía, la gente se lo aprendía de memoria, lo que provocaba que
las obras se redujesen en gran medida. Otro motivo de que este tipo de textos
no fueran demasiado largas se debe a que como ya sabemos su principal intención
era entretener y quizás si su extensión era excesiva llegasen a aburrir y esta
no era su finalidad.
Hablando ahora del otro género, la poesía, encontramos
dos temas relevantes. Por un lado el tema amoroso, en el cual la gente del
pueblo creaba canciones, normalmente cortas y que hacían referencia al pueblo.
Por otro lado encontramos el tema religioso, ya que la gente las utilizaba para
protegerse del mal. Ambas canciones podían ser cantadas o recitas
indistintamente. Podían ser cantadas o recitadas.
Ahora continuaremos con los cuentos folkloricos. Para estudiar éstos cuento es importante distinguir dos conceptos. Versiones y Adaptaciones.
Las versiones son interpretaciones o transcripciones, pero sin una finalidad concreta. Mientras que las adaptaciones suelen tener unos fines o unas intención específicas.
A la hora de realizar las adaptaciones podemos centrarnos tanto en la forma como en el contenido.
Si nos centramos en la forma, una adaptación puede ser una simple modernización del lenguaje.
Deteniéndonos ahora en el contenido, podemos hacer adaptaciones cambiando las cosas que no son apropiadas para una determinada edad; resumir u omitir alguna parte que nos parezca muy larga o de poca relevancia en ese momento, acortando de esta manera el cuento. (Ej.: Blancanieves muere tres veces y en la historia de Disney únicamente aparece una).
También estamos realizando adaptaciones cuando cambiamos el género (teatro, poema,..) en el que se presenta la historia.
Es a partir del siglo XX, cuando el folklorista ruso Vladimir Propp, hombre al que se conoce como el primer folklorista, es capaz gracias a sus análisis, de hacer que la gente comience a interesarse por el folklore.
Éste analizó los cuentos populares hasta que encontró una serie de puntos repetidos que creaban una estructura invariable en todas estas narraciones. Es lo que se conoce como "las funciones de Vladimir Propp".
Son una serie de 31 puntos repetidos en todos los cuentos de hadas populares. Aunque no todos ellos aparecen en todos los cuentos, su función básica permanece frecuentemente y el orden es prácticamente siempre el mismo.
§ Alejamiento. Uno de los miembros de la familia se aleja.
§ Prohibición. Recae una prohibición sobre el héroe.
§ Transgresión. La prohibición es transgredida.
§ Conocimiento. El antagonista entra en contacto con el héroe.
§ Información. El antagonista recibe información sobre la víctima.
§ Engaño. El antagonista engaña al héroe para apoderarse de él o de sus bienes.
§ Complicidad. La víctima es engañada y ayuda así a su agresor a su pesar.
§ Fechoría. El antagonista causa algún perjuicio a uno de los miembros de la familia.
§ Mediación. La fechoría es hecha pública, se le formula al héroe una petición u orden, se le permite o se le obliga a marchar.
§ Aceptación. El héroe decide partir.
§ Partida. El héroe se marcha.
§ Prueba. El donante somete al héroe a una prueba que le prepara para la recepción de una ayuda mágica.
§ Reacción del héroe. El héroe supera o falla la prueba.
§ Regalo. El héroe recibe un objeto mágico.
§ Viaje. El héroe es conducido a otro reino, donde se halla el objeto de su búsqueda.
§ Lucha. El héroe y su antagonista se enfrentan en combate directo.
§ Marca. El héroe queda marcado.
§ Victoria. El héroe derrota al antagonista.
§ Enmienda. La fechoría inicial es reparada.
§ Regreso. El héroe vuelve a casa.
§ Persecución. El héroe es perseguido.
§ Socorro. El héroe es auxiliado.
§ Regreso de incógnito. El héroe regresa, a su casa o a otro reino, sin ser reconocido.
§ Fingimiento. Un falso héroe reivindica los logros que no le corresponden.
§ Tarea difícil. Se propone al héroe una difícil misión.
§ Cumplimiento. El héroe lleva a cabo la difícil misión.
§ Reconocimiento. El héroe es reconocido.
§ Desenmascaramiento. El falso queda en evidencia.
§ Transfiguración. El héroe recibe una nueva apariencia.
§ Castigo. El antagonista es castigado.
§ Boda. El héroe se casa y asciende al trono.
Por ejemplo en el cuento de la Cenicienta, en el de Blancanieves o en el de la Bella Durmiente entre otros. Podemos observar cómo se produce un acontecimiento por el que el protagonista tiene que salir del núcleo familiar y tras superar una serie de pruebas que varían en función de la historia, del mismo modo que lo hace el motivo por el que sale de su casa, consigue su objetivo final con el que pasan a convertirse en adulto. En este caso casarse con su amado o amada.
Algunos de los motivos que causaban esas salidas del núcleo familiar podían ser: la muerte y la resurrección (La bella durmiente), el huérfano no querido (La cenicienta), búsqueda de tesoros (Aladino), la noche y el día representando la realidad y la irrealidad, el viaje, la búsqueda del amor, las fugas y las persecuciones, entre otros muchos motivos más.
Hay que destacar aquí que los personajes de estos cuentos suelen ser personajes planos, ya que en ellos apenas se aprecia ningún tipo de evolución, ni física ni psicológica. Los personajes siempre siguen unos patrones, sin apenas variaciones, por lo que no es muy difícil predecir lo que van a hacer luego.
Para entender mejor esto, es necesario que estudiemos también los tipos de textos folklóricos que existen.
Existen varias clasificaciones de estos textos, dependiendo en lo que nos fijemos, una de ellas por ejemplo es la siguiente. Dentro de estos cuentos destacan por un lado los cuentos maravillosos, que están protagonizados por seres fantásticos, hadas, dragones... o en los que intervienen objetos mágicos, varitas, anillos.... Y por otro lado los cuentos tradicionales, que relatan costumbres o hechos ingeniosos relacionados con las tradiciones de cada pueblo.
Aunque es cierto, como hemos dicho antes que los textos folklóricos no estaban dirigidos en un principio para los niños, si no para entretener a toda la familia. Existen unas narraciones orientadas un poco más hacia los más pequeños. Se trata de los cuentos cuyos personajes son animales. No estamos hablando de fábulas, ya que estos animales no simbolizan virtudes y vicios humanos, si no que representan a personas humanas. Aun así, hay que puntualizar que las fábulas también las podemos situar dentro del folklore.
Los cuentos folklóricos se pueden utilizar para cualquier edad. Es cierto que dependiendo de ésta tendremos que hacer una selección previa y si es necesario, realizar unas adaptaciones u otras.
Como ya hemos aprendido en el bloque anterior, a la hora de elegir un texto, tendremos que fijarnos en el momento evolutivo en el que se encuentra el niño con el que vamos a trabajar.
Pero aquí nos surge un debate ¿Cómo tienen que ser estos textos?, ¿En que nos tenemos que basar, para hacer una buena elección?, ¿Todos los cuento que empleemos tienen que terminar bien?
Pues bien, para elegir correctamente un cuento de este tipo, tendremos que centrarnos en todos los puntos que mencionamos en el bloque 1, necesarios para elegir el cuento más adecuado para los alumnos con los que estemos trabajando.
Pero en este caso tendremos una diferencia. Estos textos al ser folklóricos, como hemos dicho anteriormente, no tienen autor. Por tanto en este caso, tendremos que centrarnos en los traductores o intérpretes.
Desde mi punto de vista creo que es mejor buscar textos originales, que únicamente hayan sido traducidos a nuestro idioma y posteriormente realizar nosotros la adaptación. Es mejor que seamos nosotros mismo quienes hagamos la adaptación, ya que la enfocaremos mejor hacia el tema en concreto que queremos trabajar y hacia las características de los alumnos.
Por otro lado, contestando a la pregunta de si los cuentos tienen que tener un final feliz siempre. Creo que es importante ir introduciendo al niño poco a poco también en situaciones no idílicas. Aunque es verdad que cuanto más pequeño sean, tenemos que intentar que los cuentos tengan un final más alegre. Poco a poco y dependiendo de la situación evolutiva de los niños se pueden ir introduciendo unas situaciones u otras.
Los folkloristas eran los que se encargaban de recopilar las narraciones que se iban transmitiendo oralmente. Gracias a ellos muchos de los cuentos han podido llegar hasta nuestros días.
Si nadie se hubiese dedicado a recopilar y transcribir esos relatos es muy probable, como seguro que ha pasado con muchas historias, que éstos se hubiesen perdido con el tiempo. De aquí la importancia de escribir estos relatos, aunque su origen sea oral. Además de esta forma a parte de conservarse, hay mucha más gente que puede disfrutar de las mismas historias a la vez.
Entre los folkloristas más importantes que podemos destacar, se encuentran por ejemplo Perrault. Éste tenía una intención principalmente didáctica y moralizadora, no artística, por lo que convirtió estos cuentos en paraliteratura. Se dedicaba a adaptar los textos. Normalmente escribía estos relatos para los nobles de la corte. Algunas de las obras de Perrault son: “El Gato con Botas”, “Barba Azul” o “Pulgarcito”.
Otros que tenemos que mencionar son los hermanos Grimm, estos eran recopiladores cuya intención principal era la conservacionista. Algunas de sus obras más conocidas son por ejemplo: “El Sastrecillo Valiente”, “Hansel y Gretel” o “Blancanieves”.
Cuando tengamos que trabajar el folklore en las aulas de primaria, podemos elegir cualquier cuento tanto de Perrault como de los hermanos Grimm. Pero si tuviéramos que decantarnos por uno, lo haría principalmente por los hermanos Grimm, ya que sus escritos son más fáciles de adaptar.
Tampoco nos podemos olvidar de Andersen, éste es posterior a los hermanos Grimm. Tomaba ideas de leyendas antiguas y las adaptaba para producir sus propios textos. Pero por otro lado muchas de sus obras están basadas en su propia vida, en sus sueños y preocupaciones. (No era fiel al folklore, pero tenía muchas referencias y similitudes con él) Este autor también está muy bien para trabajar en primaria. Entre sus obras encontramos por ejemplo: “La cerillera”, “El Patito Feo” o “El Soldadito de Plomo”.
Otros autores folkloristas que podemos mencionar son: Armand Berquin, conocido por el libro “El lobo blanco” o Madame Leprince Beaumont, quien reescribió y adapto el libro de “El lobo blanco” y lo tituló “La Bella y la Bestia”.
Centrándonos ahora en los recopiladores españoles, podemos hablar entre otros de Saturnino calleja. Éste se encargó de transmitir la literatura folklórica de diferentes formas, entre ellas a través de sus famosos “libros en miniatura”. Estos libros los creó para que la gente con poco nivel adquisitivo pudiera acceder también a comprar libros, aunque estos fueran de reducidas dimensiones y así pudiera disfrutar de las maravillosas aventuras.
Otro folklorista español es el Padre Coloma. Éste tenía una intención moralizante enfocando los temas hacia lo religioso, ángeles, vírgenes,…. Además adaptaba los cuentos para los más pequeños, para que estos disfrutaran y aprendiesen (Paraliteratura). Estos textos también se pueden usar en el aula pero no tal cual, si no que es conveniente que realicemos nuestras propias adaptaciones.
También podemos hablar de Cecilia Bolh de Faber, que utilizaba el pseudónimo de Fernán Caballero, para firmar sus obrar. Era una forma de que la gente leyera sus obrar y así abrirse camino en un mundo en el que la mayoría eran hombres.
Durante un tiempo estos cuentos, los cuentos folklóricos, estuvieron prohibidos en las aulas hasta que con la LOGSE se volvieron a incluir nuevamente en las escuelas de primaria. Estuvieron prohibidos porque algunos decían que eran machistas. En mi opinión creo que estos cuentos no son machistas, tan solo son el reflejo de la época en la que fueron creados.
Desde mi punto de vista pienso que es importante que los niños conozcan este tipo de cuentos, ya que son muy enriquecedores. Los alumnos además de entretenerse y pasárselo bien, sin apenas darse cuenta adquieren una serie de valores, aprenden costumbres de épocas anteriores, etc.
Pero… No se trata solo de que los niños conozcan y lean estos cuentos, si no que se les lean y se les cuenten esta historias. Que ellos escuchen las historias tal y como eran contadas en sus principios.
Para finalizar con el este segundo bloque os pongo algunos de los enlaces que he utilizado para la realización de esta entrada.
- Apuntes de clase.
- Blogs de mis compañeros
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